sábado, 28 de agosto de 2010

REFLEXIONES TRAS LA DERROTA DEL SCHALKE ANTE EL HANNOVER 96.

Aunque hubiéramos perdido 0-40, nuestra moral no podría venirse abajo ni podría evaporarse la ilusión de ver a Raúl triunfando en Alemania.

El Schalke 04, subcampeón de la Bundesliga, es un equipo completamente renovado y que apuesta por un proyecto que deberá ir gestándose a lo largo de un par de temporadas.

Al día de hoy, el Schalke puede parecerse en algún sentido a un equipo All-Star, en el que puede haber grandes jugadores, pero que carece de cohesión, de sincronización, de conocimiento mutuo, de la capacidad de jugar "de memoria", como podría ser un Barça que lleva años siguiendo un patrón con un núcleo duro de jugadores que apenas se modifica de año en año...

El Schalke tiene buenos músicos y buen director, y en eso deberemos basar nuestra confianza en que termine convirtiéndose en una buena orquesta. Los ensayos (entrenamientos) y los conciertos (partidos) permitirán que la música vaya poco a poco sonando como la mejor que se haya escuchado jamás en Viena, o por lo menos, en Gelsenkirchen.

Raúl sabe que en este juego de ajedrez que es el fútbol, las 11 piezas son importantes. Él vale, por lo menos, como un alfil y un caballo, lo que significa que en una diagonal sin balón puede situarse delante del portero perfectamente desmarcado, o que como buen caballo, puede hacer una de sus "cucharas" y hacer saltar a la pelota por encima de defensas y portero, como le hizo al Bayern, marcando uno de los mejores goles de su carrera. Puede eso y más, pero necesita que las otras 10 piezas tengan también valor específico, con torres potentes que impidan el avance del adversario, peones que en la distancia corta roben el balón, otros caballos y alfiles que corran la banda y den pases precisos...

Aparte de buenas piezas, se necesita un buen ajedrecista en el banquillo dirigiendo a todo el conjunto, y a diferencia del ajedrez, las piezas deben ser "educadas" para hacer lo que se les encomienda, todas a la vez, como en una sinfonía. Eso requiere tiempo y el apoyo incondicional de la afición. Los demás, incluyendo a las aficiones adversarias y los periodistas que juegan a neutrales, podrán criticar a futbolistas y entrenador, pero nosotros debemos apoyar sin fisuras a todo el equipo...

Nuestro apoyo a Raúl lleva a este apoyo a todo al Schalke, porque en fútbol es todo el equipo el que pierde y gana, y para que Raúl siga cosechando títulos y mejorando marcas individuales es necesario que todo el Schalke triunfe. Sus éxitos serán de todos sus compañeros, y los de sus compañeros serán suyos.

Con respecto a nosotros, Raúl podrá esperar de los raulistas el mismo apoyo incondicional que puede esperar de su propia familia. Puede estar diez partidos sin marcar, o incluso meter dos o tres goles en propia meta por partido, batiendo todos los récords del infortunio, que nosotros seguiríamos inquebrantables apoyando desde la grada, desde casa, o desde internet.

Ya querrían para sí todos los deportistas de élite del mundo, la amistad y la lealtad que Raúl inspira en los raulistas...

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