El Schalke mereció, como mínimo el empate:
- El gol de van Nistelrooy debió anularse, porque empujó el balón con el brazo.
- Poco antes, a un defensa del Hamburgo le da el balón en el brazo, en un más que probable penalti. El árbitro no pitó nada.
Una pena perder este primer partido de la segunda vuelta, porque convenía romper desde un principio el maleficio de las cinco derrotas con las que empezó el Schalke la Bundesliga. En los próximos cuatro partidos, Raúl y los suyos demostrarán que aquellos primeros tropiezos fueron solo un mal sueño, y que el Schalke vengará con goles aquella dolorosa ristra de derrotas.
¡Ánimo, Raúl, a por ellos!
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